miércoles, 15 de abril de 2015

Para no herir sensibilidades de los antitaurinos (y de los aficionados)


Tenemos cartel para la Feria del Toro 2015, ¡viva Pamplona y sus fiestas! El artista Vicente Arnás ha pintado la maravilla de cartel que veis más arriba, el picador luce ropajes a la vieja usanza y se ayuda de la vara para citar con el brazo en alto a un toro imaginario. Las riendas se me antojan demasiado flácidas para la tensión del momento. No obstante todo estaba estupendo hasta que nos hemos enterado que el artista ha omitido la presencia de la puya para no herir sensibilidades de los antitaurinos. Tal cual. 

Desconozco con detalle la biografía de Vicente Arnás, aunque deduzco que siente atracción o afición por la tauromaquia puesto que he visto su firma estampada en numerosos carteles de toros. Puede que este señor sea uno de esos progres que pululan por el mundillo y ven con pesar el tercio de varas y el momento en el que el torero se perfila y coloca su espada delante del pecho para finiquitar la vida del toro, poniendo la suya en juego. Un amigo del velcro en el morrillo de los toros, para entendernos. No lo sé, habría que buscar en las hemerotecas, pero el alarde de pichafloja y de acomplejado ahí queda, reflejado en su obra para los restos. 

Otro detalle que no pasa inadvertido es el caballo y el pañuelo que deja al descubierto el ojo izquierdo del equino. Echando un vistazo al Reglamento de Espectáculos Taurinos de Navarra, en su artículo 69.2 vemos que, al igual que en el Reglamento Nacional, el picador debe cuidar de que el caballo lleve tapado solo su ojo derecho. Cosa que no se hace, ni en Pamplona ni en ningún sitio. Pudiera ser este detalle un gesto del artista para con el aficionado tratando de contentar a ambos bandos. Antitaurinos por un lado y aficionados por otro, con un caballo tapado reglamentariamente, dichosos los ojos, siquiera en un cartel de toros.

Lo que podría haber sido un cartel orgullo del aficionado queda reducido a un gran eufemismo pictórico. Y es que por mucho que el artista evite herir sensibilidades, la realidad, le pese a quien le pese, es que la punta de la garrocha del picador estará coronada por una fría y afilada puya para poner al rojo el morrillo de los señores toros que por costumbre se corren en Pamplona. La lidia tiene sus estados, sus porqués, y uno de ellos es el tercio de varas, ineludible siempre que el toro sea toro como ocurre en Pamplona. Y que no se olvide, el caballo irá cegado completamente.

Dejando la cuestión del cartel a un lado, he escrito un mensaje en la web oficial de la Feria del Toro rogando para que no solapen el fin de semana de Ceret con las corridas de Miura, Conde de la Maza y el debut de José Escolar. Hay que ir como sea. Cada una en su estilo son ferias señaladas en el calendario para todo aficionado a toros que se precie.

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