La cuadrilla de Leandro, los toreros Rafael González, Miguel Martín y José Andrés Gonzalo
Poco nos vamos a extender con las reses del Cortijillo, y es que la primera de Feria ha sido una soberana mansada como hacía tiempo que no se veía por nuestra plaza, de principio a fin en todos los toros, sólo faltó que alguno saltara la barrera para poner la guinda al pastel de la cobardía. No obstante, sin seguir orden sucesivo, la gama ha sido amplia: desde el que no toma un capotazo de salida, pasando por el najado en varas, el que pega coces al caballo, el que arrea cuando cree tomar el bulto, el marmolillo, el rajado, el que lo tiene todo guardado y el clásico que quiere volver al placer de la dehesa instalándose en la puerta de toriles. Los picadores se han tenido que emplear en la suerte de la carioca, un recurso muy válido en la tarde de hoy con semejante moruchada.
De lámina ha sido guapa y en tipo, variada de capas, todos cinqueños salvo el cuarto de la tarde, del hierro de Lozano Hermanos, que junto al Cortijillo forman las marcas blancas de Alcurrucén. No recuerdo en la actualidad ninguna casa ganadera en la que funcionen los hierros "b", ahí está Benjumea, Cortés, Vegahermosa... y es que no se puede acaparar tanto ni descuidar nunca la sagrada prueba de la selección. No veo otra razón que explique el anodino espectáculo que se ha presenciado hoy en la plaza, a menos que nos aferremos a la casualidad o el capricho de la Providencia.
De la terna ahorramos comentarios para días venideros y sólo significamos el oficio de Abellán. Inició la faena del cuarto con unos doblones por abajo dominadores y al natural dejó algún lance de notable alto. Movió los caballos con el cuarto para eficacia de la lidia, teniendo que bregar posteriormente en la misma puerta de toriles con un animal que a punto estuvo de arrollarlo cuando sintió el frío del acero.
Buena cuadrilla la de Leandro en banderillas, Miguel Martín saludó tras dos buenos pares con el toro tercero y el gran Rafael González, con el quinto, colocó un extraordinario par de poder a poder que resultó lo más torero de la tarde.
Hola Pedro , agradezco mucho tus crónicas sobretodo cuando no podemos ir a la plaza a verlo en directo.
ResponderEliminarTransmites muy bien y cada día aprendo cosas nuevas.
Saludos, Edu.
Gracias Edu, a ver si las obligaciones te permiten ir más días, tu presencia siempre se agradece. Un abrazo
ResponderEliminar"OFICIO DE ABELLÁN"!!!!! Está claro que en esto de los toros no hay manera de objetivarse, si al menos hubiera goles -que no orejas-... Ni los detalles de Leandro, ni el ajustado quite por chicuelinas de Nazaré... nada, el Oficio de Abellán, y yo sin verlo.
ResponderEliminarExacto Anónimo, no hay nada más subjetivo que los toros. Como dije al principio de la crónica, no quería extenderme demasiado porque lo acontecido en el ruedo no lo merecía.
ResponderEliminarLeandro dejó algún detalle que no he citado, es un torero que lleva tiempo naufragando en tierra de nadie. Nazaré desprovechó las buenas arrancadas que tuvo el primero de la tarde, quizá el mejor toro del encierro para la muleta. En el sexto, un toro que no valía un duro, alargó la faena hasta que el público a base de protestas le obligó a coger el estoque, olvidando que se trataba de un festejo serio en el que se deben hacer las cosas para el toro (y por ende para el propio torero) y en favor del espectáculo, y no de un entrenamiento en el que se puede prolongar toreando hasta el infinito.
No cabe duda que no fue la mejor tarde de Abellán pero al menos dejó algunos naturales muy serios y un inicio de faena rodilla en tierra, mandón y de mucha estética. Por ello y otros detalles que comento en la crónica salvé de la quema a este torero, que por su dilatada carrera y avatares de la misma, a mi ententer, es un torero con oficio.
Saludos
Respeto pero disiento; uno con tanto literatura en forma de crónica cree volverse loco. Sin ir más lejos y después de ver hace un rato Tendido Cero compruebo otro desajuste más; aquí se cita al primero de Leandro como el mejor toro de la tarde, y se afirma el buen hacer de NAzaré con las "2" arrancadas que tuvo su primero. Además me cansa leer sistemáticamente el comentario de "alagar la faena"; los toreros que apenas tienen 4 corridas al año están condenados a aprovechar al máximo o al menos a dejar constancia de su disposición, ya sean insistiendo o tirando de arrimones estériles. Si lo intenta malo sino peor.
ResponderEliminarHAbría que hacerle ver a muchos aficionados eso de "se trataba de un festejo serio", porque lo que si tengo claro es que los toreros los saben.
Tampoco puedo compartir lo de Abellán; la faena del segundo... bueno mejor lo dejamos. Pero me parece injusto salvar de la "quema" lo único que ardía y dejar como combustible algo que no arde: el agua.
Definitivamente el problema creo que fue más sencillo: los toros fueron desrazados y mansos, por este orden.
Nada más, seguiremos viendo toros y hablando de ellos, que es lo que nos gusta por encima de las diferencias.
Saludos.