martes, 16 de julio de 2013

Céret de Toros. La novillada

  Comenzó la esperada feria ceretana con una novillada de Hubert Yonnet, procedencia Pinto Barreiros según rezaban los carteles. Dando un juego más que interesante en el caballo, recibieron un total de 16 puyazos, primando la fijeza y la prontitud en la arrancada por encima de las peleas bajo el peto. Los tres primeros complicados, ofrecieron embestidas cortas, desarrollando sentido en algunos casos, el resto boyantes, humilladores, destacando el jugado en cuarto lugar, con poderío y muy completo en los tres tercios.
 Las hechuras de los utreros nada tuvieron que ver con el animal que uno habría de esperar por la conformación de las sangres Gamero Cívico - Santa Coloma - Conde de la Corte que vinieron a formar la ganadería de Pinto Barreiros, pues vimos en su mayoría animales zancudos, altos de cruz, de poca caja y estrechos; salvo el gran novillo que hizo cuarto, más bajo que sus hermanos y hondo.

  De la terna, quedo mal Jesús Fernández, muy mal Cayetano Ortiz y Vicente Soler dejó una grata impresión por capacidad y disposición.

  Primer despeje de plaza en Céret de Toros 2013, aficionados nativos y muchos más, desde todos los rincones del mundo, esperaban ansiosos este momento.




  
  Rompió plaza Maestro, un novillo notable que fue alegre al jaco en tres ocasiones, yendo a más y acudiendo con prontitud al cite de Pedro Iturralde, que a la postre y con toda justicia recibió el premio al mejor picador de la novillada. Toreó con alegría, de frente, sujetando bien las acometidas del bicho.
  Por el pitón izquierdo se intuyeron muchos problemas, Jesús Fernández no lo quiso ver por ahí, basando todo el trasteo de muleta en el pitón derecho. Muletazos cortos y mucho movimiento del espada, finiquitando con una estocada caída.




  Cayetano Ortiz lidiando al segundo bis de la tarde, un novillo terciado y blando. Por ambos pitones tuvo un viaje corto a media altura, insistiendo el novillero en redondo sin obtener lucimiento alguno. Mató mal, marchándose de la suerte.

 



  Vicente Soler entró por la vía de la sustitución, en lugar de Luis Miguel Castrillón, y fue quien dejó mejor impresión. Tres puyazos acudiendo con alegría a los pencos tomó Escaludo, quedando tobillero para el tercio de muerte. Soler peleó bien con él, siempre bien colocado, sacó algunos redondos de mucho mérito. Mató de estocada honda caída.





 

  La salida de Galapian y momentos correspondientes al primer, segundo y tercer puyazo. Se aprecia la diferencia de morfología respecto a sus hermanos, más bajo de cruz, más hondo, capacho. Se observa también el poderío del novillo, que acudió pronto a la llamada de Óscar Bernal, creciéndose en el castigo vigorosamente. Jesús Fernández toreó muy bien de capa, sin embargo, no estuvo a la altura de las francas embestidas de Galapían por ambos pitones, sacando solo algún muletazo fugaz. Ejemplar sobresaliente, fue arrastrado bajo una fuerte ovación.




  Mala imagen de Cayetano Ortiz con el segundo de su lote, perdiendo pasos constantemente, se vio superado por las nobles y templadas embestidas del novillo. Recibió tres puyazos de mala manera a cargo de Ignacio Duarte. Silencio para el coleta, aplausos para el de Yonnet.





  Dos puyazos blandeando recibió Segur para cerrar la novillada. Soler banderilleó animoso pero con poco dominio de las suertes y escaso poderío, hubo de tomar el olivo en más de una ocasión. Nuevamente mostró mucha voluntad con la franela y a la hora de matar, después de un pinchazo, fue volteado dejando una entera en buen sitio. El presidente, incomprensiblemente, denegó la oreja pedida por la mayoría, recibiendo una buena bronca. Soler hubo de dar dos vueltas al ruedo demandadas por la afición.

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