domingo, 18 de enero de 2015

Cuando los toros del Marqués de Domecq dejaban caballos para el arrastre


Los toros del Marqués de Domecq lidiados en Cádiz fueron toros-toros. Fueron aplaudidos en el arrastre y dieron lugar a caídas como la del picador de la fotografía, y escenas tan desusadas como la del caballo arrastrado por las mulillas. ¡Enhorabuena!

  Así se referían en la revista El Ruedo a la corrida jugada por la ganadería del Marqués de Domecq el 14 de julio de 1963 en la plaza de toros de Cádiz. Eran otros tiempos, no cabe duda. A los "críticos" de hoy no se les pasaría por la cabeza felicitar al ganadero que echara una corrida de este estilo, las exigencias del guión son las que son. Diego Puerta, El Cordobés y El Caracol fueron los espadas que dieron cuenta de tan bravo encierro, cosechando triunfos de diversa índole.

Momento del arrastre de un caballo

  La ganadería del Marqués de Domecq, tradicionalmente una de las ramas más encastadas del tronco Parladé que yo atribuyo a ese goterón de sangre Pedrajas, con el tiempo fue perdiendo esta grata diferencia respecto a los demás, adaptándose a los tiempos del toro dócil, obediente y de carril al que muchos ganaderos tienen que rebajarse, antes de ser estigmatizados como ganadería torista, para que los toreros no rechacen sus productos. También fue una rama de acusada diferencia morfológica respecto a otras del mismo tronco, destacando por lo cornalón de sus ejemplares, su tipo basto, piel gruesa y mayor capacidad torácica. 


Ejemplares del Marqués de Domecq

 En 2011 vendieron la vacada, una mitad a Daniel Ramos, siendo la primera ganadería de la Unión situada en la Comunidad Valenciana, y la otra fue a parar a manos del matador de toros retirado, Ángel Teruel. Afortunadamente hay numerosas vacadas procedentes de esta sangre, algunas de ellas con buena reputación entre los aficionados.

D. Pedro Domecq Rivero, Marqués de Domecq

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