miércoles, 11 de marzo de 2015

Queremos toros en el Batán


Como hemos repetido hasta la saciedad, la brillantez del futuro de la Fiesta no se logrará nunca a través de la labor de la Policía, ni de la sanción y el castigo. La Fiesta no se purificará si no se purifican los espíritus de cuantos la forman: ganaderos, diestros, apoderados, empresarios, aficionados, escritores y críticos. Si no ponemos todos lo mejor de nuestra generosidad y entrega con criterio altruista de enamorados de su gallarda belleza. 

La llegada de los camiones que traen los toros de las primeras corridas de la Feria


Paco Parejo, mayoral de El Batán por aquella época

La corrida de Murteira Grave para la Feria del 75


Dicen por ahí que el último año la exhibición de los toros que se iban a lidiar en San Isidro proporcionó a la Empresa unos beneficios que sobrepasaron el medio millón de pesetas. Pero eso, lo que pudiéramos llamar negocio —miel sobre hojuelas—, queda relegado a un segundo término. Porque lo importante desde que la Venta del Batán se inauguró es que aquello huele descaradamente a fiesta, a eso que la capital de España es semiausente por San Isidro. En Madrid no se nota que es fiesta. No se paladea la fiesta. No huele a toros por ningún sitio, pese al largo serial de corridas.


La Venta del Batán. Ese es uno de los principales aciertos tenidos por la actual Empresa. Colocada en el rincón incomparable de la Casa de Campo, es solar de esparcimiento acogedor y estupendo, a donde se asoma no ya solamente la afición taurina, sino el público en general. Alguien con gusto, regusto y acento andaluz se atrevió a decir el otro día nuestro lado: «Parece como si estuviera allá abajo, cerca de Ias marismas, metido en tierra de toros». Es verdad. El Batán posee la pincelada de cortijo amplio con las corraletas preparadas y a punto para realizar el embarque. Allí estaban para que el público las juzgara las corridas de Victorino Martín, Fermín Bohórquez, Murteira Grave, Amelia Pérez Tabernero, Juan Mari Pérez Tabernero, Sánchez Fabrés y Antonio Méndez. 


**Fotos y textos de la revista El Ruedo, de mayo de 1975.

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Vemos el Batán en la actualidad tras las reformas que impulsó el Ayuntamiento, a través de las fotos de Javier Salamanca y Cartujanillo, esperando pacientemente la llegada de los toros, como si nunca se hubieran ido y de eso hace ya diez años. Seguimos esperando ese alineamiento de buenos espíritus que pedían en El Ruedo en el año 1975. Necesitamos que ganaderos, empresarios y políticos entiendan el impulso que este recinto le proporcionaría a la Fiesta en la capital. El beneficio económico sería algo anecdótico (señor empresario, si ha llegado a este punto cambie el adjetivo anecdótico por sustancioso) comparado con ese intangible que supondría el fomento de la cultura y la afición por los toros. Ahora más que nunca, en una sociedad cada día más tecnológica, alejada del campo y de los animales, la afición y el conocimiento del toro es un puntal que debemos trabajar. Los partidarios de los toreros y las figuras van y vienen, sin embargo, como bien decía ese farmacéutico decimonónico aposentado en la Puerta del Sol: El que la profundice una vez, quedará a ella sujeto por toda la vida; no hay vicio más difícil de desarraigar que la afición a las corridas de reses bravas. 

Recientemente ha habido cambios en la gestión de la Escuela de Tauromaquia, que ahora pasa a depender en exclusiva del Ayuntamiento. Por tanto ya no hay un patronato de explotación junto con la Comunidad de Madrid. No sabemos a ciencia cierta si esta situación es mejor o peor para los intereses de los aficionados, dado que la explotación de Las Ventas es controlada por la Comunidad, se me antoja que las comunicaciones y los acuerdos no van a ser tan fluidos por tratarse de distintas corporaciones, agravado en el hipotético caso de que fueran gobernadas por distintos partidos políticos. Madrid Destino es la empresa del ayuntamiento que se encargará de la gestión y actividad de la Escuela de Tauromaquia de Madrid, pero de momento en su web no hay ninguna mención, información ni pestaña que diga algo de la Escuela. ¿Sobre la Venta del Batán? No dicen nada, no sé si implícitamente lo encuadran dentro de la Escuela de Tauromaquia o simplemente la ignoran y no quieren remangarse y tratar el tema.

Mientras esperamos la alineación de los astros políticos y burocráticos le pondré una vela al Santo, a ver si ayuda.

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