domingo, 20 de marzo de 2016

Primera del año, Curro por la Puerta Grande

  Domingo de Ramos, primera de temporada con toros de Gavira y Puerta Grande para Curro Díaz. No pasa todos los días. Calentó los tendidos el torero andaluz en una tarde desapacible por el frío -la empresa puso un horario tardío para esta época del año- y nos dejó retazos de toreo caro, aderezados por la pinturería que atesora cuando se siente inspirado y ve los oponentes con lucidez. Tarde, por tanto, ideal para reencontrarse con la afición. 

  La divisa color merengue embarcó una corrida con cierta desigualdad, pero bien hecha, muy seria, imponente por delante y por detrás. Toros rematados de los cuartos traseros, que no es baladí. Ovacionado de salida el veleto y astracanado que rompió plaza y temporada, Varillo; de gran cuajo y trapío el tercero, largo como un tren, con un pitón derecho que era una guadaña. En este sentido no queda otra que felicitar al ganadero; otra cosa hay que decir si entramos en la parcela del comportamiento que desarrollaron en el platillo. Todos ellos mansos en varas, salían rebotados de la suerte y se marchaban de espantada al caballo de la querencia. De los que desorganizan la lidia y hay que banderillear en los terrenos de toriles. Corren tiempos de mansinobles, el bravo se cotiza caro. 

  El primero tuvo un viaje corto y tres o cuatro tandas en las que acudió pastueño antes de venirse abajo. Fue devuelto el segundo por un puyazo caído que hizo estragos, sustituido por uno de Torrealba (los sobreros de Taurodelta es un caso para estudiar aparte), un colorado mansurrón que no molesta a nadie y queda muy franco en la muleta. Tercero y cuarto igual de mansos que sus hermanos, desarrollaron nobleza atemperada. Y quinto y sexto descastados y aplomados, no valían un duro. 

  Juan Ortega no supo aprovechar las embestidas que le ofreció el toro de su confirmación antes de que se apagara, en ningún momento cogió vuelo el trasteo. El público lo sacó a saludar en una muestra de sensibilidad. Después se encontró con un marmolillo sin posibilidades. 

  David Galván no me convenció. Vino con la faena hecha desde casa. El mismo quite por chicuelinas en dos toros, perdiendo los trastos al rematar; el comienzo con el pase cambiado por la espalda con un toro que hasta el momento había sido incierto, resultando cogido en la pantorrilla derecha, de la que se veía perfectamente cómo le corría la sangre por la media. Cuando mejor estaba toreando, al natural, se puso a dar circulares, continuando con las manoletinas, como si estuviera en Cantalapiedra de Arriba. Dejó una estocada trasera pasando como un rayo, cortando una oreja ampliamente solicitada. No pudo salir de la enfermería y ahí quedó la historia. 

  Muy generoso el público con la primera oreja que le pidieron a Curro. La faena estuvo repleta de muletazos soberbios, de enjundia, pero todos ellos en lo accesorio. Los de pecho, las trincheras y los derechazos de perfil, ligados sin solución de continuidad, acompañando y componiendo figura torera. Mucha guarnición y poca carne. Mató de media en el hoyo y dos descabellos. 
  Otra cosa fue lo del cuarto. Transcurría el trasteo por los mismos derroteros de los chispazos, los remates excelsos, cuando se echó la muleta a la mano izquierda y ligó dos tandas entre las astas del bicho, mandando en la arrancada, pasándoselo por la femoral. Sensacional. Arreciaron los olés más graves. Curro miraba con complicidad a los aficionados que se encontraba en el siete, ahora sí. Se volcó en el morrillo del toro, la estocada fue de las que valen una oreja por sí sola. No dejó escapar la oportunidad y suma su segunda Puerta Grande en Madrid. Enhorabuena.   

  Para ir rematando consignamos que la torería de plata anduvo muy aseada, ligera, y en algunos pasajes brillante, para las complicaciones que plantearon los toros. Ya vendrán tardes de incapacidad y rechifla en esas desastrosas novilladas que programa la empresa...

  Todas las faenas principiaron con la muleta montada por la derecha. Habrá que ir fijándose en esto, no puede ser que el 100% de los toros desarrolle mejores condiciones por la diestra. Hay que venir con más verdad a Las Ventas.

  La nueva grada joven repleta, qué alegría tanta mocedad en los toros. De momento anduvieron fríos, como la tarde. Ya tendrán tiempo de calentarse.

Curro, a lo suyo

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