sábado, 19 de marzo de 2016

Andrés Amorós en la revista Taurodelta

P | En ese aspecto hemos evolucionado.
R | Sí, con la democracia hemos aprendido que las aficiones no te marquen ni ideológica ni políticamente. Y digan lo que digan, la Fiesta siempre ha sido de todos los españoles, ni de los ricos ni de los pobres, de todos.

P | Ha escrito sobre la evolución de los espectáculos en España, ¿cómo lo han hecho los toros? 
R | Hablar de eso es bien fácil. Si partimos de la época de Goya, a finales del siglo XVIII, es cuando nace el toreo moderno, las plazas, también surgen las ganaderías, se ordena la lidia y se redactan las primeras tauromaquias. Esto significa que el toreo, en contra de lo que dice la gente, es fruto de la ilustración, de la razón, no de la espontaneidad salvaje; eso es cultura, porque es regla, orden... Durante el siglo XIX, los toros se convirtieron en una pasión nacional hasta tal punto que, cuando el desastre del 98, sólo el teatro y los toros movilizaban a la gente, sobre todo aquí, en Madrid. Y eso se puede demostrar. Después llegará una edad de oro del toreo, con Joselito y Belmonte, luego una edad de plata, con grandiosos toreros. Será tras la guerra civil cuando surjan los problemas: baja el toro, se cometen una serie de fraudes y, además, la tauromaquia como espectáculo se encuentra con la competencia de otros espectáculos. También ocurre que la sociedad pasa de ser agraria a ser urbana, lo que de alguna manera aleja a la gente de los toros.

P | ¿Afirmaría que la Fiesta, actualmente, resulta un anacronismo?
R |... Bien, anacronismo, ¿qué estamos queriendo decir con anacronismo?

P | Pues algo como ver una lata de Coca-Cola en un decorado de la Edad Media.
R | Sí, lo he entendido, pero a ver cómo me explico... Mi respuesta es ‘no’, a pesar de que Luis Miguel repetía mucho, medio en broma, que él era un “anacronismo viviente”, cosa que pensó un día que, estando vistiéndose de torero, vio pasar un reactor. Y yo lo que suelo hacer es preguntar con frecuencia si hoy, por ejemplo, es un anacronismo un soneto, la ópera o la danza clásica. Estas manifestaciones, como el toreo, son un arte y en arte no existen anacronismos. Hay que pensar que en el arte no se avanza, es intemporal, está presente siempre. Así como Las Cuatro Estaciones de Vivaldi la consideramos una obra actual, o el Quijote, escrito en el XVII, no podemos afirmar que Delibes sea mejor autor que Quevedo.

P | Y si hablamos sólo de toros.
R | Si hablamos sólo de toros, que es algo que todo el mundo identifica con lo español, citaría a mi maestro, don Américo Castro, quien decía que para expresar la peculiar ‘vividura’ hispánica nada mejor que la Fiesta Nacional. Él, precisamente, no era aficionado. Tampoco lo fue Madariaga y reconoció que el toreo era el arte más completo, o Tierno Galván que definió a la Fiesta como el mayor acontecimiento nacional.


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