P | En ese aspecto hemos
evolucionado.
R | Sí, con la democracia hemos
aprendido que las aficiones no te marquen ni ideológica ni políticamente. Y
digan lo que digan, la Fiesta siempre ha sido de todos los españoles, ni de los
ricos ni de los pobres, de todos.
P | Ha escrito sobre la evolución
de los espectáculos en España, ¿cómo lo han hecho los toros?
R | Hablar de eso
es bien fácil. Si partimos de la época de Goya, a finales del siglo XVIII, es
cuando nace el toreo moderno, las plazas, también surgen las ganaderías, se
ordena la lidia y se redactan las primeras tauromaquias. Esto significa que el
toreo, en contra de lo que dice la gente, es fruto de la ilustración, de la
razón, no de la espontaneidad salvaje; eso es cultura, porque es regla,
orden... Durante el siglo XIX, los toros se convirtieron en una pasión nacional
hasta tal punto que, cuando el desastre del 98, sólo el teatro y los toros
movilizaban a la gente, sobre todo aquí, en Madrid. Y eso se puede demostrar.
Después llegará una edad de oro del toreo, con Joselito y Belmonte, luego una
edad de plata, con grandiosos toreros. Será tras la guerra civil cuando surjan
los problemas: baja el toro, se cometen una serie de fraudes y, además, la
tauromaquia como espectáculo se encuentra con la competencia de otros
espectáculos. También ocurre que la sociedad pasa de ser agraria a ser urbana, lo
que de alguna manera aleja a la gente de los toros.
P | ¿Afirmaría que la Fiesta, actualmente,
resulta un anacronismo?
R |... Bien, anacronismo, ¿qué estamos
queriendo decir con anacronismo?
P | Pues algo como ver una lata de Coca-Cola
en un decorado de la Edad Media.
R | Sí, lo he entendido, pero a
ver cómo me explico... Mi respuesta es ‘no’, a pesar de que Luis Miguel repetía
mucho, medio en broma, que él era un “anacronismo viviente”, cosa que pensó un
día que, estando vistiéndose de torero, vio pasar un reactor. Y yo lo que suelo
hacer es preguntar con frecuencia si hoy, por ejemplo, es un anacronismo un
soneto, la ópera o la danza clásica. Estas manifestaciones, como el toreo, son
un arte y en arte no existen anacronismos. Hay que pensar que en el arte no se
avanza, es intemporal, está presente siempre. Así como Las Cuatro Estaciones de
Vivaldi la consideramos una obra actual, o el Quijote, escrito en el XVII, no
podemos afirmar que Delibes sea mejor autor que Quevedo.
P | Y si hablamos sólo de toros.
R | Si hablamos sólo de toros,
que es algo que todo el mundo identifica con lo español, citaría a mi
maestro, don Américo Castro, quien decía que para expresar la peculiar
‘vividura’ hispánica nada mejor que la Fiesta Nacional. Él, precisamente, no
era aficionado. Tampoco lo fue Madariaga y reconoció que el toreo era el arte
más completo, o Tierno Galván que definió a la Fiesta como el mayor
acontecimiento nacional.
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