Foto: Juan Pablo Cardona
Efectivamente, el toro de Miura es el más listo de los conocidos y el que tiene un cuerpo más a propósito para la dureza de la lidia. Largo como una soga; fino como el coral; recogido de vientre; alto y fuerte de patas; de recia complexión; nervioso, sin adiposidades inútiles, con toda la elegante construcción del gamo y del galgo, lleno de vida, de dinamismo, de agilidad, y por contera, bravo, poderoso y certero... Los ingredientes no han podido ser mejores.
Luis Fernández Salcedo. Trece ganaderos románticos.
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