29 de mayo de 2008. Feria de San Isidro. Toros de Palha para Encabo, Sánchez Vara y Bolívar.
Rachido es el primero por la izquierda.
Salió reventando la mitad de un burladero y a continuación quiso reventar la otra mitad con el otro pitón. A partir de entonces captó la atención de toda la plaza, veinticuatro mil almas pendientes de este impresionante toro de Palha. Eran los tiempos en que las corridas de este hierro portugués se contaban con las veces que el mayoral salía a saludar tras el festejo. Después vino un bajón y ahora parece que han vuelto a encontrar la senda.
Dos señores puyazos a cargo de Luis Miguel Leiro, piquero curtido en la sierra madrileña, donde antaño pastaban los Toros de la Tierra. Rachido, sin volver la cara en ningún momento, protestó el primer par de garapullos, en el resto ni se inmutó. De esos toros que durante la lidia, en vez de menguar, se crecen y a cada lance parece más grande.
Uno de los toros de mi vida.
Luis Bolívar no pudo estar más de verdad, eran tiempos pujantes para él. Aunque la plaza, como suele pasar en las corridas toristas, estuvo exigente y fría, tomando partido por el toro. El pase cambiado por la espalda para iniciar, luciendo la arrancada de Rachido desde largo en todo momento y citando con el cartucho de pescao. Una faena y un toro de enorme emoción la que vivimos en la plaza, y una oreja de ley si llega a matar. Muchas tertulias, corrillos y conversaciones en los que aperece Rachido, aún hoy, cuando han pasado más de diez años.
Pienso que entra bien a matar, no se aprecia intención de salir de la suerte premeditadamente. Hay una toma cenital esclarecedora. Simplemente se le fue la mano a los bajos. Un metesaca y Rachido como si nada. Después, un pinchazo y una estocada en buen sitio al encuentro. Vuelta al ruedo para el burel, cosa que hoy resulta novedosa, ya que la mayoría de las veces que los presidentes muestran el pañuelo azul es porque se han cortado orejas, como si no quisieran molestar a los toreros si no tocan pelo, o como si no existiera la bravura al margen de una faena de triunfo.
Rachido galopando y Bolívar con el cartucho en la mano izquierda. Sin la verdad y la exposición que puso sobre el tapete el torero colombiano hoy no estaríamos hablando de este toro y, seguramente, no le hubieran dado la vuelta al ruedo.
Fotón de Josemi que recoge justo el momento en el que Rachido desarma el burladero de matadores, previamente hizo lo propio con el burladero fronterizo entre el seis y el siete. Se ve perfectamente la corpulencia del animal mientras el tablas vuelan por los aires. Tremendo ejemplar.
Todas las fotos de esta entrada son, o bien de Josemi, o bien de Juan Pelegrín.
Número 139. 597 kilos. Cinco años y dos meses.
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Podéis ver la faena completa en el canal de YouTube de la Asociación El Toro de Madrid, donde estamos subiendo vídeos de algunos toros célebres de los últimos años, ¡suscribíos!
Un saludo a la afición.
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