Viernes, 4 de octubre de 2019.
Si hay una cualidad que ha de tener el aficionado es memoria. Y El Cid, aun con una carrera venida a menos, es un torero forjado en Madrid, en el Valle del Tiétar y en todo lo que se le ha puesto por delante. Una de las mejores manos al natural en lo que llevamos de centuria, con más de diez faenas de Puerta Grande. El torero de una generación de aficionados.
Hasta siembre, Manuel.
Imprescindible la pieza de despedida que le dedica José Ramón Marquez, aficionado a toros, en el blog Salmonetes ya no nos quedan.
No hay comentarios:
Publicar un comentario