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martes, 3 de julio de 2012

Dominguillo





 Xavier González-Fisher nos remite esta imagen que recoge una pintura de Antonio Navarrete, maestro mexicano ya fallecido, discípulo del gran Carlos Ruano Llopis y autor de la Baraja Taurina Mexicana. Se observa claramente el contrapeso usado para que los dominguillos, ante cualquier arremetida, siempre cayeran de pie. Desconozco qué pretendía el autor ilustrando un esqueleto humano como dominguillo, caben tantas interpretaciones como nos permita la imaginación.

domingo, 8 de abril de 2012

Dominguillos


  Se presenta el blog Dominguillos, un lugar para tratar el asunto taurómaco, desde su glorioso pasado, el palpitante presente, e incluso su indescifrable y esperanzador futuro, con especial atención a la temporada de la plaza de toros de Madrid.

  Dominguillos, y por qué Dominguillos. No hay más razón que el arbitrio, puro capricho, sumado a la grata dicción del término y la relación simpática que guardan con un remoto pasado.

  ¿Qué eran entonces los dominguillos? Simplemente unos peleles, muñecos que se echaban a los toros para algarabía y distensión del público.


 "Dominguillos al toro", grabado extraído del Cossío. Lo curioso es que no hay toro, sino fiera, rodeada de otros participantes de las funciones taurinas que se celebraban allá por el siglo XVII y parte del XVIII, como pueden ser el toreador de a pie, los perros y el protagonista más destacado, el caballero.
 
 
  Hay que hacer distinción, y es que los dominguillos constituían una de las partes cómicas del espectáculo, puesto que su uso no entrañaba peligro y su razón, como hemos explicado, no era otra que la distracción de los asistentes. Para mayor fiesta, en ocasiones se usaban personajes populares, gobernantes o miembros de la corona.



 Enmanuel de Witz, "Un toro embiste a los dominguillos". Del libro Luces sobre una época oscura -el toreo a pie en el siglo XVII- escrito por Gonzalo Santoja.

  Sorprende la semejanza que guardaban los dominguillos con la prueba de bravura que hacían los ganaderos de aquel tiempo, la tienta con cesta, uno de los primeros métodos, sino el primero, usado para calibrar la bravura de las reses a tenor de la acometividad por la canasta de mimbre. Sospechamos que los dominguillos eran la puesta en escena, con toda pomposidad, de la tienta que previamente se hacía en el campo.