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jueves, 2 de junio de 2022

Escolar, dos toros y un torero

 




El toro de arriba, tan prototípico de Albaserrada, es Arbolario nº 39, 601 kg, cinco años y cuatro meses. Se corrió el pasado 31 de mayo, sobreviviendo a dos puyazos infames de David Prados en mitad del espinazo, acudiendo de largo al segundo encuentro, embistió largo por el derecho y fue tobillero por el izquierdo. Alberto Lamelas no lo embarcó en ningún momento. 








El quinto de la tarde fue este Palomito nº 70 con 585 kg, rebasando los cinco años por cuatro meses. Grande, generoso de carnes, cornalón, rematado por los cuatro costados, un señor toro, un toro de Madrid. Este año, aun lidiando Escolar en Pamplona, hemos tenido suerte y ha traído una corrida que ha convencido por su presencia. Otros años Pamplona se los llevaba todos, se nota el efecto pandemia y el remanente que había en los cercados de Valdetiétar. 

Palomito recibió muchas palmas de salida y se llevó dos señores trancazos del picador acudiendo largo para el segundo envite. Como suele suceder con el Albaserrada legítimo, había un pitón aparentemente imposible, para cavilar, este era el lado diestro. Por el izquierdo sin embargo regaló un buen ramillete de arrancadas sin que Lamelas fuera capaz de gobernarlas conforme al arte. Duro para morir, como toda la corrida, un toro notable, que caló arriba por su tremendo trapío y la seriedad que imprimían todos sus movimientos. Palomito, nº 70.


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Capítulo aparte merece la actuación de Gómez del Pilar con un toro de movimientos totalmente inciertos, el tercero de la tarde. De esos animales que dudas que pudiera estar burriciego porque anda colándose constantemente y cazando moscas por el lado izquierdo. A base de puro valor, de querer, se fue metiendo en sus terrenos y, quedándose quieto, le corrió lo mano por el izquierdo de manera tal que hizo rugir a la plaza. Tremendo, un toro a priori imposible por el izquierdo y terminó cruzándose al pitón contrario, en la plaza se vivió con verdadera emoción. Todo esto reponiéndose al tantarantán que sufrió a portagayola y un revolcón en la faena de muleta, por el pitón por donde a continuación bordaría el toreo. 

Es Gómez del Pilar esa clase de toreros que han ido madurando la profesión con el paso de los años, conociendo los gustos de Madrid, y está en un momento espléndido como demuestran sus actuaciones en las últimas temporadas en la plaza capitalina. Capaz de cortarle las orejas a toros de José Escolar y de Dolores Aguirre en Las Ventas, eso no lo pueden decir muchos. No pudo lidiar el sexto por cogida a portagayola, una verdadera pena. Se le espera. 




Un toro que por su comportamiento incierto, su cuerna veleta y cornipaso, y que acabo con un capote colgando del pitón, trajo reminiscencias de aquel Cazarratas de Moreno Silva; pero este Milagroso en verdad fue otra cosa y no tuvo nada que ver


Bordándolo al natural

martes, 5 de octubre de 2021

Pares al sesgo

 

Diego Ferreira preparando el par (Ana Escribano)


En la corrida del domingo pasado, la encerrona de Antonio Ferrera con toros de Adolfo Martín, tuvimos el privilegio de presenciar un grandioso par al sesgo de Joao Diego Ferreira. Fue en el toro sexto, cuando se vio que solo tenía tres banderillas en lo alto y había que entrar otra vez. Salió este torero al ruedo, él solo, y evitando capotazos para colocaciones a placer, como hacen los grandes banderilleros, evitando también desgastar inútilmente al toro y perder tiempo, se dirigió al toro y, con toda eficacia, cuarteo de dentro afuera y dejó un grandioso par al sesgo, exagerando en demasía los tiempos de ejecución, saliendo limpio de la suerte y tomando el olivo, lástima.

Otro par al sesgo que sumamos a la historia reciente, a los que ya pusieron José Chacón el sábado 28 de septiembre de 2019 a un toro de El Puerto de San Lorenzo; Antonio Adalid el 7 de octubre de 2012 a uno de Palha entrando dos veces por el mismo pitón y poniendo la plaza como un manicomio; y el 9 de mayo de 2010 Juan Navazo con un ejemplar de Dolores Aguirre.


Fernando Sánchez, José Chacón y, al fondo, Joao Diego Ferreira (J. Alvarado)


jueves, 30 de enero de 2020

Carasucia, de Valdellán, toro más bravo del 2019




Carasucia, de la ganadería de Valdellán. Cinco años y cuatro meses, nº 14, 587 kg.

Lidiado y estoqueado el martes 11 de junio de 2019 por Cristian Escribano. Ovación para el toro; pitos y dos avisos para el torero.

Premio de la asociación El Toro de Madrid al toro más bravo de la temporada 2019.

Dos años seguidos para Valdellán ganando el premio al mejor toro, en 2018 se lo llevaron con Navarro. ¡Enhorabuena!

Carasucia fue un toro fiero de los que se van creciendo durante la lidia y, si no se le domina y no se hacen bien las cosas, se hacen los amos del ruedo. Bravura en estado puro. 






(fotos de Javier Alvarado)

viernes, 15 de noviembre de 2019

Sevillano, de José Escolar



Jugado el 28 de mayo de 2019

Nº 68, 04/2014, cinqueño, 520 kilos


 Foto: Ana Escribano

Foto: Andrew Moore



Foto: Javier Alvarado


Para no variar Gómez del Pilar se fue de nuevo a porta gayola a recibir a su segundo y, por segunda vez, una vez puesto en pie manejó con gran eficacia el capote, consintiendo al toro en su ímpetu hacia los adentros y sacándoselo luego hacia los medios sin un solo tropezón en el percal. Cuando el toro, Sevillano, arremete contra la cabalgadura de Juan Manuel Sangüesa, lo desmonta del leñazo que le mete. En la segunda entrada el toro acomete con vigor y Sangüesa le pega duro; en la tercera le cita dándole el pecho y agarra una buena vara. En banderillas espera y no da facilidades, tirándose al pecho directamente y pese a eso Iván Aguilera y Pedro Cebadera dejan sus seis rehiletes en el toro, tragando lo que no está escrito. Muy bien ambos. El capote del Ruso vuelve a serle arrebatado de las manos, que ésta no era su tarde, y Gómez del Pilar, blanco y plata, se dispone a torear la fiereza, la embestida cortada e incierta, la guasa de Sevillano presentando un argumentario de menor entidad que el de su primero, pero es que las condiciones del toro, su presencia, su pavorosa presencia eran un puerto de primera categoría especial ante el que Gómez del Pilar puso su decisión y, nuevamente, su valor. Con un pinchazo y media estocada tendida lo mandó a manos de los destazadores.

José Ramón Márquez. En Salmonetes ya no nos quedan.

domingo, 27 de octubre de 2019

Cateto, de Ana Romero











Cateto, nº 11, de la ganadería de Ana Romero. Lidiado y estoqueado por Luis Bolívar el día 24 de septiembre de 2017.

Palmas en la plaza cuando el toro exhibe su trapío y su hermosura en el ruedo. Fue picado por Ismael Alcón, rehuyó la segunda vara de largo y tuvieron que acortar las distancias. Dio juego en todo los tercios y fue despedido con una ovación en el arrastre. La peculiaridad de este ejemplar reside en el apretón que protagonizó tras clavar Gustavo Adolfo García el tercer par. Cateto hizo hilo y asomó más de medio cuerpo detrás del rehiletero, que no pudo continuar la lidia. Como si fuera un toro decimonónico o una vaca vieja de esas que vemos en los concursos de anillas y suertes por el estilo. Una acción que raramente se ve en la plaza. 


Fotos de Las Ventas y de Javier Alvarado.


Saludos a la afición

sábado, 16 de marzo de 2019

Top 10 de toros más bravos del 2018 por la Asociación El Toro de Madrid (y III)


Terminamos con los cuatro toros más votados.


. Montañés, de Valdellán. Nº 17, 593 kg., cuatro años y medio (lidiado el 9 de septiembre).





Quiso ir y empujar en un tercer encuentro con el de la vara después de hacerse el remolón. No le picaron en ese último puyazo porque Francisco José Navarrete marró y el hierro se le fue al costillar. Fue un toro de bravura seca, de respeto apabullante. 





Cristian Escribano sencillamente no pudo con él y pasó el trance, en el mejor de los casos, dándole pases reculando continuamente. Montañés fue un toro al que había que poder, un señor toro. 








. Asturdero, de Saltillo. Nº 4, 517 kg., Cuatro años y cinco meses (4 de junio).



Correcto de presencia. En varas derribo en el primer envite, más por impericia del picador que por poderío del animal. Posteriormente lo puso el matador para una tercera vara en la que tardeó en demasía y en la pelea fue a menos en empuje y codicia. 

Chacón estuvo muy animoso y bullidor toda la lidia, dándole a una parte de la afición las cuatro cosas básicas que piden en Madrid a todo lidiador que se precie. Alegre con la capa, recreándose en las medias verónicas, basó la faena de muleta en el pitón derecho, donde Asturdero acudía boyante, sin terminar de humillar todo lo que cabría. Como suele suceder con los de esta ganadería, Asturdero era toro de un solo pitón, por el izquierdo era muy amargo y apenas tenía un pase.


Incomprensiblemente, el presidente, don Gonzalo de Villa Parro, sacó el pañuelo azul sin que nadie, que se sepa, demandara la vuelta para el toro. Entre el desconcierto lo pasearon las mulillas por el redondel. Y es que no era toro de vuelta al ruedo ni por asomo. Para mí, un toro bueno, notable siendo muy generoso. Me gustan con más alegría, poder, codicia y fiereza. 



Al torero, junto con otras actuaciones, le ha servido para ser la nueva esperanza de las corridas toristas, este circuito tiene más movimiento que el de las figuras, mucho más hermético. A mí no me termina de convencer, quizá por la corrida de Montalvo en junio en la que vi cómo se le iban dos toros de puerta grande. Enseguida los aficionados abrigamos nuevas esperanzas en las que creemos ver lidiadores poderosos con una tauromaquia larga. Qué sé yo: un Luis Francisco Esplá. La realidad es que el toro de casta desgasta mucho más que el de las corridas comerciales, que también salen correosos y dan sus cornadas, especialmente en las tres o cuatro plazas fuertes, en el resto suelen ser monas que no aguantan un puyazo, con los pitones bien redondeados (la bolita) gracias al efecto fundas. Las ganaderías toristas, sin embargo, suelen ser igual de duras en unas plazas que en otras, con el añadido del trapío.


. Chaparrito, de Adolfo Martín. Nº 1, 549 kg., cinqueño (lidiado el 8 de junio de 2018).

De los 10 toros que repaso en esta serie de entradas Chaparrito es el único que no pude ver en la plaza. Gracias a David Castuera he podido verlo en vídeo, así que la opinión no se basa en las sensaciones que aporta la lidia in situ, que son las que más hay que valorar, sino las del análisis sopesado y frío tras verlo en vídeo.  




Quizá por la frialdad que comento de verlo en imágenes Chaparrito no me parece un toro tan espectacular como se viene comentando. En el segundo puyazo se duerme e incluso se deja pegar sin empujar, haciendo el puente. Es un toro noble que se deja hacer en todo momento, ni tobillea ni le pide la documentación al matador, excelente por el pitón derecho y más dormido por el lado zurdo. Con las arrancadas justas en cada tanda, bien por condición natural, bien porque Pepe Moral nunca llegó a entenderlo. Parece demasiado encimado y toreando excesivamente redondo para ser un Albaserrada. La faena no llega a despegar en ningún momento, no toma el cariz de grandeza que las arrancadas del toro merecen. Lo mejor de todo, como digo, la embestida por el derecho, en la plaza tuvo que emocionar. 




Es un cinqueño muy serio y muy hecho, generoso de carnes. Chaparrito es una pintura.


. Navarro, de Valdellán. Nº 15, 604 kg., cuatro años y medio (9 de septiembre).




Se ha dicho todo sobre este toro al que ya podríamos calificar de célebre. Sin la calidad de embestida de prácticamente todos los anteriores, pero con una serie de virtudes que no tuvieron muchos de ellos: bravura desatada. Poder, mucho poder, fiereza, mucha fiereza, y una codicia que por momentos lo convertía en un toro pegajoso. 

Dejo unas cuantas fotos y algún párrafo del artículo que escribí homenajeando a Navarro y su matador, Fernando Robleño.


Bien es cierto que llevaba un par de temporadas anodinas en las que sus actuaciones no pasaban de un oficio más que acreditado para despachar con solvencia cualquier tipo de situación. No es cosa baladí eso de la solvencia y el oficio, ya lo quisieran para sí otros espadas, pero a Robleño se le pedía más. Y ese más llegó el pasado 9 de septiembre en la corrida desafío entre Saltillo y el debut de Valdellán con tres pavos que derrocharon casta, casta y más casta, ¡así se debuta en Madrid! Suele suceder que el toro que más llama la atención en la previa luego es un gran fiasco, pero esta vez no fue así. Era un entrepelado, lucero, berrendo remendado, apodado Navarro, que superaba los 600 kilos y encampanado ganaba en talla al pequeño gran torero de San Fernando de Henares. Tomo tres varas con alegría y derrochó fiereza y acometividad toda la lidia. 

Cuando maduramos la grandeza de aquel trasteo caímos en la cuenta de que aquello había sido un episodio del más puro estilo robleñista y, sin embargo, cuando la veíamos en vivo pensábamos que no pasaría del oficio y la solvencia antes comentado. El toro era una estampida en cada arrancada, acudía con la cara muy suelta. Y es que en los primeros compases lo fue dejando a su aire, madurándolo, estudiando por dónde le iba a meter mano, como tantas otras veces le habíamos visto hacer. Después llegó la apoteosis, el alumbramiento que no esperábamos. Fueron sólo tres tandas, dos por la derecha y una tremenda de naturales. Robleño, nuestro pequeño gran hombre, se armó de valor, echó la pata pa᾽lante y se dispuso a hacer el toreo con aquel torazo, pasándoselo por la bragueta y rematando los muletazos detrás de la cadera sin ceder el terreno. Se veía, Robleño salía de cada uno de estos encuentros con Navarro como si hubiera corrido un esprint, el esfuerzo era palpable. Cada tanda valió un potosí, el toreo auténtico. Cayó una oreja después de un pinchazo y una estocada desprendida entrando derecho, con más aficionados en la plaza y una muerte más certera la faena había sido para rozar la puerta grande. Es lo de menos, los que lo vieron no lo olvidarán, fue el resurgir de Fernando Robleño, y esperamos que para seguir viéndole así por mucho tiempo.

Pueden leerlo completo: pinchando aquí.








Las fotos, como en los artículos anteriores, son de la web de Las Ventas y de Javier Alvarado.




Un saludo a la afición.