martes, 29 de septiembre de 2015

Bombito, de Miura




Gracias a @Descabellos y a @Pepe__Morata recuperamos el vídeo de la excepcional pelea que Bombito, de Miura, protagonizó en la Plaza de Pamplona en 1999, encelándose desaforadamente con el caballo. Mi agradecimiento más sincero por la disposición y generosidad de ambos, excelentes y apasionados aficionados, por subir a la red estas imágenes que habíamos perdido. Espero que no se vuelvan a extraviar, la pelea de Bombito, es esos ocho minutos, representa gran parte de la singularidad del toro de lidia y los atributos que encarna. La acometividad, el desprecio al castigo y crecerse a él, el poderío, la noble disposición de morir peleando, arrogante y vencedor hasta el último momento. La fiera al fin y al cabo. Bravura en todo su esplendor.

*

De la crónica que hizo el maestro Joaquín Vidal, entresaco unas líneas que refieren la lidia de Bombito:


Todo esto desvelaba una bravura excepcional del Miura llamada a levantar en su memoria un airoso monolito. La única reserva que podía hacerse -no baladí- era que todo se estaba produciendo en la querencia de chiqueros. El toro se arrancó allá, desde muy lejos, en cuanto vio aparecer al picador con su castoreño y su instrumental acorazado, y ya no dejó de recargar, metida la cabeza bajo el peto. Diez minutos así, aunque otros cronometradores aseguran que fueron cerca de 15. Un caso histórico, en efecto. Y, mientras, el capoteo, el coleo, el zarandeo e incluso la intervención de su matador Juan José Padilla, que debió ponerse nervioso y tras tirarle al toro de un cuerno sin ningún resultado, le dio de puñadas en la cara.


Uno duda de que un torero auténtico hubiese tenido jamás semejante ocurrencia, ni siquiera por lo nervios. Y esta flagrante falta de torería fue como una premonición. Cuando finalmente el toro acudió al espeso revoloteo de capotes que le sacudían las orejas, lo propio habría sido llevarle lejos de toriles y ponerle de nuevo en suerte para comprobar cuál era la verdad de su bravura. Y, sin embargo, Padilla pidió el cambio, el público también, la presidenta accedió y santas pascuas: nos quedamos sin ver al toro y sin la posibilidad de erigirle el airoso monolito.

domingo, 27 de septiembre de 2015

Fraude en Las Ventas

Corrida de toros de Javier Pérez Tabernero, 27 de mayo de 2010; para Fundi, Sergio Aguilar y Luis Bolivar.


Para no saturar pongo tres toros, la corrida completa aquí.





Reseña:



Corrida de toros de Javier Pérez Tabernero, 10 de junio de 2011; para Antonio Ferrera, Sergio Aguilar y Rubén Pinar.


Tres toros, y los demás pinchando.





El sorteo con los datos:




Corrida de toros de Hermanos Fraile Mazas, según el programa de mano y lo anunciado por la empresa, de encaste Atanasio Fernández (vía Javier Pérez Tabernero), 27 de septiembre de 2015; para Fabian Barba, Pérez Mota y Miguel Ángel Delgado.


Lo mismo, tres toros y el resto en el enlace.





Los nombres (comparen con los anteriores):



En consecuencia me he quedado en casa, hoy no he ido a los toros.

jueves, 24 de septiembre de 2015

Adiós a la Venta del Batán


  Los derechos de los animales, así, en general. Por más que insisto, la concejala de cultura, Celia Mayer, no me explica en qué consisten. Se intuye que estos animalistas de última generación, retóricos del buenismo y poseedores de una moral superior al resto (de personas, se entiende), pretenden arrebatarle al toro de lidia su naturaleza: Morir combatiendo bajo la admiración del público, arrogante hasta el último estertor y con la posibilidad de matar a su antagonista en todo momento. Ningún animal de la tierra goza de semejante privilegio. Los derechos del toro bravo, según los dictadores de la moral animalista, serán, en el mejor de los casos, rumiar en zoológicos mientras los niños arrojan trozos de pan.

  Del mismo modo que no tienen deberes, los animales no tienen derechos; igual que no pueden ser culpables, no son inocentes. Los derechos de los animales son los que el hombre los concede según los usos, costumbres y legislación de cada comunidad. No se parece, ni por asomo, la vida de una vaca en la India que en España, o la de un perro en China. Sin lidia, sin enfrentamiento con el hombre, el toro desaparecerá; como ha sucedido con el burro, ahora en peligro de extinción, cuando ha dejado de utilizarse para las labores del campo.

  El problema no es la subvención. Si pinchan en el comunicado del Ayuntamiento verán que la intención de Ahora Madrid, una vez expiren las obligaciones contractuales en junio de 2016, son "estudiar posibles usos del espacio municipal, valorar una cesión total o parcial del espacio". A buen entendendor... 

  El verano del año que viene, si el tiempo no lo impide y con permiso de la autoridad, la plaza de toros, escuela de tauromaquia y corrales del Batán, pasarán a tener un uso acorde con los derechos de los animales. Esto es: esconder la muerte, vivir entre barrotes o castrados en pisos de 50 metros. 

  A los profesionales del toro este fregado los ha cogido amasando billetes, estamos en plena temporada.

Aquí no hay nada que hacer, parece cavilar Bote

Cómo sufre, pobre animalito, sí, acabemos con esto. La señora concejala

martes, 22 de septiembre de 2015

Dos indultos improcedentes en menos de una semana

1. Jueves, 17 de septiembre. Albacete.


El Juli indulta un toro de Daniel Ruiz que pegá coces al sentir el hierro y salvo ese refilonazo no se le volvió a poner en suerte.



2. Lunes, 21 de septiembre. Villaviciosa de Odón, Madrid. 


Ángel Sánchez indulta un novillo de Flor de Jara. 

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¿Qué dice el Reglamento?


1. Excelente comportamiento en todas las fases de la lidia.

2. En las plazas de toros de primera y segunda categoría.

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Que siga la fiesta. 

martes, 15 de septiembre de 2015

Corrida de toros

Corrida de toros, Mariano Fortuny Marsal (hacia 1867/68)

  El carácter abocetado, casi esquemático, de la composición hacen de esta obra una de las más atractivas que sobre temática taurina pintó Fortuny. La pintura ofrece una panorámica de una plaza de toros, seguramente la de Madrid, en la que destaca muy especialmente el potente contraste lumínico entre el tendido de sol y el de sombra y la presencia bulliciosa de los espectadores, que el pintor trata como una masa informe a base de múltiples manchas negras y pequeñas pinceladas ocres, mostrando su preferencia por el lado más colorista del espectáculo y rehuyendo su intensidad más dramática. 

Fuente: Museo del Prado.

martes, 8 de septiembre de 2015

San Martín en Las Ventas

  El pasado domingo volví a la Plaza de Madrid, desde la encerrona de El Cid con victorinos me he pasado todo el verano desertando, en guerra fría con la empresa hasta que de verdad programe algo con vistas al aficionado. No piensen que el verano ha sido en balde, he visto toros en Ceret, Azpeitia, Cenicientos e incluso una corrida de Adolfo Martín en Miajadas, Badajoz. En todos estos lugares el toro por bandera, íntegro, de un modo o de otro siempre apareció su raza combativa. Como decía, regresé a Las Ventas y dejé a un lado mis particulares diferencias con la empresa, empeñada en echar a los aficionados a base de carteles baratos y carentes de atractivo, con toreros malos o sin rodaje y ganaderías todas en la misma línea; y lo hacía atraído por el que fuera uno de los últimos iconos ganaderos de la afición de Madrid, la ganadería de Hernández Pla, sus últimos representantes, anunciados en los carteles con el nombre de San Martín.

   El encierro resultó una vulgaridad. En general se dejaron pegar y cumplieron en el caballo, yendo siempre a menos en el segundo envite al que se arrancaron bien desde la distancia. Igual que en banderillas, se dejaban clavar y ninguno hacía hilo. Insulsos, suavones, de escasa codicia, justos de poder y muy nobles. De las que produce sopor en los tendidos. Por orden, dieron este juego: Primero manso y aplomado, agarrado al piso y con la cara a media altura; segundo de buena condición, blando y soso; tercero encastadito y boyante, venido a menos rápidamente; cuarto suave y pastueño, por el derecho era un caramelo; quinto sale vivo y fogoso, colándose por el derecho, se raja rápido y acaba mirando al tendido tras cada muletado; y sexto blando, descastado y parado.

  De la terna destaco la torería y el valor seco de Antonio Mendoza, sin alharacas. No son malas mimbres para forjar un torero. Al sexto lo mató prácticamente en los medios después de un buen revolcón.

En tercer lugar el de mejor juego. Antonio Mendoza con Maleta

martes, 1 de septiembre de 2015

Rafaelillo en Bilbao




 Después de una semana de toros bonitos, pastueños y nobles hasta la extenuación, fingiendo el tercio de varas con rutina funcionarial, llegó Victorino Martín a Bilbao y con él la emoción del toro de lidia. Se abrió el toril para el primero, Sobornado nº 44, un tío que atenazaba el cuerpo solo con la mirada. El picador, después de una semana de teatrillo, cargó el peso sobre el palo y puso al rojo el morrillo de Sobornado, que a pesar de ello fue creciendo en pujanza según transcurría la lidia, como hacen los toros auténticos, pidiendo un torero que gobernara todo ese caudal de casta. Apareció en escena el gran Rafaelillo, que resoplaba entre tanda y tanda de las que unas veces salía vencedor y otras vencido. Una faena de poder a poder. En esos instantes de victoria, con la plaza del Bocho enardecida, jaleando con olés propios de aficiones más meridionales, Rafaelillo dejó algunos naturales categóricos, en los que el hombre, con inteligencia, valor y torería, impuso su ley ante la fiera. Pinchó arriba y seguidamente dejó una estocada hasta la gamuza de la que Sobornado salía muerto de necesidad. No le concedieron trofeos, no le han dado portadas, pero quizá dentro de diez años, hablando con los aficionados en una tasca, alguno recuerde a los demás los naturales que dejó Rafaelillo una tarde en Bilbao, con un toro de Victorino. 

Fotografías de Ninja Elisa