sábado, 28 de junio de 2014

Prieto de la Cal. La viga






















 Fue a partir de la Feria del Pilar 2011 cuando empecé a fijarme en este asunto. Salió al ruedo de la Misericordia un prietodelacal de pelo negro, como partido en dos, un toro en el tercio anterior y otro muy distinto en el posterior. La línea dorso-lumbar no era línea, ni siquiera se podía hablar de un toro silleto, no. La viga estaba completamente descoyuntada.

  Un servidor se enamoró del toro Vazqueño, y por ello es el pseúdonimo desde el que escribo, por el comportamiento netamente bravo que presentan estas reses en el tercio de varas, pero también por sus hechuras: Uno de los toros más bellos, proporcionados y mejor rematados de la raza. Ni grandes ni pequeños, anchos, bien rematados, de poca alzada y bien redondos de grupa. El lomo es recto o ligeramente ensillado, pero nada que ver con lo que estamos viendo en algunos ejemplares desde hace unos años. Por ello me pregunto hacia dónde camina el ganadero y por qué presenta estos ejemplares en plazas de renombre. El aficionado lo primero que exige, además de integridad, es trapío, y esto es inadmisible. Y no parece que se deba a un problema de consanguinidad cuando se están dejando sementales con estas horrorosas hechuras.
  Sería muy recomendable parar este disparate cuanto antes y volver a las hechuras propias del toro veragüeño, mientras se recupera su comportamiento genuino, al menos, nos deleitaremos con su belleza intrínseca.

  Conste que soy un firme defensor de esta Casta -y todas las demás- y un admirador del ganadero por su lucha constante contra viento y marea por mantener viva la llama de una sangre que en tiempos heroicos dominó el panorama ganadero, y que hoy, con este y otros hierros de esta procedencia, deberían tener su hueco en muchas ferias.

  Las fotos son de diferentes autores, rebuscadas en el océano de internet. En algunas de ellas se ha borrado la firma.

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