lunes, 6 de abril de 2015

La maestría de Eugenio de Mora

  Alrededor del tercio de entrada para ver la corrida del domingo de Resurrección que anunciaban de Martín Lorca y finalmente hubo de ser remendada con el segundo hierro de la casa con el consiguiente derecho a devolución para los que habían comprado el boleto antes del primer reconocimiento. 

  La corrida fue una amalgama de tamaños, pesos y hechuras. Así que por lo pronto el ganadero no cumplió con el deber que le compete de presentar el encierro como Dios manda. De comportamiento frío de salida, manso y sin poder, los tercios de varas en su mayoría fingidos para que pudieran tenerse en pie. De extremada nobleza, sin echar una mala mirada, quitando el arisco primero.
  El primero manso encastado, revoltoso; segundo manso, blando, de los que hay que citar ocho veces para que se arranque una; el tercero una babosa; el cuarto justo de fuerzas, noble sin empuje; quinto manso, aplomado y blando; y sexto manso huidizo, con mucha humillación en la muleta.

Osado, nº 53, cuatreño, 505 kilos, retinto. La foto seguramente no haga justicia pero el toro era muy guapo

  La tarde quedará en la memoria por la actuación de Eugenio de Mora. Haciendo gala de esa inteligencia que da el oficio extrajo más de los toros de lo que a priori se intuía, y apoyándose en el valor, la torería, la disposición y el conocimiento de la plaza, dejó un regusto de maestro en tauromaquia. Los aficionados salían del coso satisfechos. Si a esto le sumamos la actuación el pasado verano con un ejemplar del Conde de la Maza y otro de Guardiola Fantoni, en la que le mangonearon la Puerta Grande, dejamos de pensar en las casualidades. 

  Al revoltoso y geniudo sorteado en primer lugar lo toreó por los dos pitones pasándoselo por la bragueta. Aquello tenía emoción, como los remates por bajo para cerrar las tandas, y es que al toro le costaba mucho pasar si es que no se revolvía con agilidad. El aire y el tiempo entre tanda y tanda hizo mucho a favor de obra. Un pinchazo y una estocada desprendida para entregarlo a mejor vida y la sensación de estar muy por encima del toro, aun siendo una faena de altibajos.

  El quinto fue un toro negro salpicado, escurrido de los cuartos traseros, guapo y de exagerada y veleta arboladura. Una tanda por la derecha de rodillas, tres de naturales superiores, dos por la derecha, los remates y la estocada. ¡Pero cómo fueron esos naturales! Ligados en un palmo de terreno, es más, se lo ganaba al toro. Desde la verticalidad de su figura, en la rectitud de la embestida y por la faja; cada lance tenía un principio y un final, una ligazón con pausa. Los aficionados se entregaron y jalearon cada uno de los naturales. Los derechazos sin embargo fueron de otra manera: compás muy abierto, tronco inclinado y trazo más largo. El toro no tuvo empuje suficiente para aguantar los remates genuflexos que iban poniendo fin a la obra, rematada con una estocada caída, desde el hilo del pitón. Ahí tuvo su mácula, la rotundidad de la estocada no fue como con el toro del Conde de la Maza. En cualquier caso los aficionados que tuvieron la suerte de verlo tardarán tiempo en olvidarlo.

El del triundo de Mora. Quillo, cinqueño, 502 kilos. Salió muy gallito pero resultó un toro mediano

Eugenio de Mora al natural. Carteles de toros

  Víctor Barrio estuvo muy valiente y muy quieto frente al sexto. Un toro grande y alto de cruz, de mirada torva e incierto en los primero tercios, a las cuadrillas y al espada no les debió de gustar aquello porque lo intentaron machacar en varas con tres puyazos, el ultimo recargando insistentemente. Al final resultó que el animal humillaba e iba noble a la muleta, sin necesidad de poderle o enseñarle, y Barrio, al abrigo de las tablas y aprovechando las inercias del animal, hizo una faena de mérito y valor, coronada con una estocada honda, atravesada, escupida por el toro.

  En las cuadrillas destacamos el toreo a caballo de Luciano Briceño con el tercero y la tarde que ha echado Roberto Martín "Jarocho", muy aplaudido en la lidia del tercero y haciendo alarde de valor con el incierto sexto, clavando un par de poder a poder. Extraordinario.

Brega en el tercero
... Y banderillas al sexto. Ovaciones a pares para "Jarocho"

No hay comentarios: