lunes, 8 de octubre de 2012

Despedida de Fundi. Toros de El Puerto de San Lorenzo


  Tarde que pasa a la historia como la despedida de Fundi de la afición de Madrid. Torero que merece máximo respeto, con un currículum a sus espaldas a la altura de una figura del toreo de toda la vida hasta la década de los setenta cuando los toreros, definitivamente, se hicieron sumamente exquisitos y el toro salió con cuatro años a ley. Fundi nunca ha sido torero que haya calado en Madrid, las cosas como son, sin embargo y como correspondía, ha sido despedido con cariño y muchas palmas por el público venteño, de principio  a fin del festejo. Sin duda, reconociendo una carrera sin trampa ni cartón, forjada en la dureza del toreo que supone enfrentarse a todo tipo de toros, a la que ha sabido sobreponerse, obteniendo triunfos merced a un aquilatado oficio y artes de consumado lidiador.
  Los libros de toros que se editen a partir de hoy, deberán reseñar que Fundi ha sido, indiscutiblemente, uno de los mejores intérpretes de la historia ejecutando la suerte de matar, materia que no es baladí precisamente. Tengo un recuerdo marcado a fuego, no sé precisar la fecha, hará cuatro o cinco años. Estaba Fundi intentando sacar provecho de un toro cárdeno en vano, de Adolfo o de Victorino, tampoco lo recuerdo; el típico toro de ese encaste que pasa midiendo y busca las zapatillas, el torero tiene que corregir constantemente la posición, un toro para lidiar más que para torear. El público de Madrid acoge la faena entre pitos constantes, todavía perduran rencillas del pasado... Fundi toma el estoque, se perfila, y yendo recto a por el bicho, marcando los tiempos con formidable perfección, le asesta un espadazo en toda la yema hasta las cintas, mojándose la mano de sangre. Apenas tres segundos tardó el toro en caer desplomado, completamente muerto. ¡Ni los más viejos del lugar recordaban ver morir un toro de casta Albaserrada con tanta rapidez! Esto ocurrió en terrenos de la enfermería, Fundi a continuación cruzó el platillo a paso marcial con la cabeza bien alta, hacia el burladero de matadores, mientras, sonaba una ovación cerrada. En ese momento, lo veía caminar y parecía un Dios.
 
 
Fundi despachando un Palha en la Feria de Abril 2008
 
 

Toros de El Puerto de San Lorenzo para El Fundi, El Cid y Daniel Luque

 
  La corrida de El Puerto ha sido mal presentada; los animales corridos en tercer, cuarto y quinto lugar no alcanzaron el trapío Atanasio-Lisardo de Madrid, por chicos o faltos de remate. Mansa y sin poder en el caballo como es costumbre, los únicos que sirvieron para la muleta fueron el caramelo jugado en segundo lugar, que tuvo cuatro tandas antes de quedarse corto; y el sexto, bonancible, metía la cara pero falto de codicia. Primero manso con peligro; tercero sin fuerzas; cuarto descastado y flojo; quinto sin estilo, a media altura y sin terminar de pasar.


 Se va un torero

 
 
  Fundi sorteó un lote nefasto, el toro gigantesco que abrió plaza resultó ser un manso duro y complicado, de los que aprietan cuando creen coger el bulto. Le empapó de muleta en todo momento, le tocó un poco las orejas y lo mató a paso de banderillas. Nada a lo que Fundi no esté acostumbrado. Toro bastante difícil que pasa inadvertido gracias al saber del espada.


Fundi lidiando sobre las piernas al primero, preparando la muerte eficazmente


   El toro del adiós no estuvo a  la altura de la honorable carrera de Fundi, ni en hechuras ni en comportamiento. Un bicho anovillado, que a pesar de no recibir castigo en varas no soporta la faena por falta de fuerzas, pegando brincos continuamente, protestando. Fundi no se enrolla y lo mata nuevamente cuarteando. Nos quedamos sin ver una de sus magníficas estocadas, era lo poco que pedíamos algunos. Hasta siempre, torero.
 
  Apareció El Cid en escena para llevarse, por enésima vez, el mejor toro del encierro. Gracioso, de 550 kilos según la tablilla, al salir del primer puyazo se queda suave, con una embestida de dulce para bordar el toreo. La magnifica cuadrilla de El Cid lo ve y lo saca rápido del segundo encuentro, siendo lidiado por El Boni con maestría. Empezó por la izquierda sin probaturas, a la antigua usanza, dando una buena serie que caló rápido en los tendidos. En el segundo muletazo de la segunda tanda, cuando El Cid le bajo la mano al toro y dibujaba el muletazo que iba a enardecer al público, el toro perdió las manos y la serie se embarulló. Después vinieron dos tandas por la derecha, que hicieron rugir la plaza cuando El Cid dejó de romperse la cintura según los canones julistas para adelantar la muleta con naturalidad y pasarse el toro por la faja. Hubo un pase de pecho apoteósico, como colofón a la primera tanda de derechazos. Tuvo esas cuatro tandas, luego se ceñía y la faena perdió fuelle. Remachó como casi siempre, mal, pinchando un par de ocasiones para dejar una trasera, caída y tendida; marchándose el toro a morir a chiqueros.
  No hubo mucha historia con el quinto, un animal sin sustancia, una faena sin argumento y un pertardo a espadas. El Boni además de lidiar muy bien, se permitió el lujo de hacer lo propio en banderillas, recibiendo muchos aplausos.


Cid, con su clásico terno rosa palo, mandando en la embestida de Gracisoso
 
 

  Qué bien y que despacio toreó Luque al tercero de salida, tres o cuatro verónicas de categoría a la altura del mejor de los capoteros. Lo malo es que si se torea así de salida, si el animal sale así de templado del toril, la lidia no tiene ningún cometido, al contrario, es perjudicial y el toro no la soportará. Eso fue lo que ocurrió, el animalito no se tenía y debió ser devuelto por la presidencia.
  El sexto tuvo buenas hechuras, derribó al caballo y tomó una segunda vara larga, de la que salío con ganas de pelea. Apuntó buenas cosas en el capote de Antonio Manuel Punta. Luque comenzó exigiendo mucho al toro, recortando sus acometidas en los muletazos de inicio, lo cual está muy bien de cara al público pero puede resultar perjudicial para el propio torero, y más cuando se ha visto que la corrida no anda sobrada de casta. En redondo estuvo más templado que otras veces y tan sobrado de técnica que no dijo nada a los de arriba.
 

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