sábado, 4 de junio de 2022

La discoteca

 

          Desolador, infame, nauseabundo… se nos acaban los epítetos para definir lo que están haciendo con nuestra plaza, antaño, la más importante del mundo por su seriedad y su capacidad crítica, ahora arrasada por hordas de borrachos que campean a sus anchas, alentados por la empresa Plaza 1 que lo fomenta, y el Centro de Asuntos Taurinos que lo tolera. Se habla mucho del 7 y el trillado respeto, pero, ¿qué respeto hay poniendo una discoteca dentro del coso que se presume más importante del orbe?, ¿dónde queda la honra de los toreros si mientras están jugándose la integridad hay una discoteca funcionando en las dependencias de la propia plaza? Porque a partir de las 21:00 h, todas las tardes, es lo que hay aunque la corrida esté en liza. Música electrónica y reguetonera a todo trapo. Salir del tendido cuando termina el festejo y encontrarse con semejante bacanal es una losa y un golpe moral para el aficionado de esta plaza que, hasta hace no tanto, empleaba las postrimerías de la corrida para juntarse y discutir sobre la tarde, los típicos corrillos en las bocanas de los vomitorios, en las galerías de gradas y andanadas, en la puerta grande, en el desolladero, etcétera.

Ahora, con la discoteca, el aficionado se ve compelido a salir huyendo de la plaza, entre otras cosas porque es imposible mantener una conversación con ese ruido. A todas luces, tal y como se está haciendo es una actividad completamente irrespetuosa con la corrida de toros e invasiva con el aficionado que ha pagado una entrada para ver un espectáculo taurino, un rito que incluye unos preliminares, un desarrollo y las consiguientes postrimerías, y no tiene por qué verse expulsado. Si quieren utilizar la plaza para estos menesteres que esperen al menos un tiempo prudencial, a que la corrida termine y el público abandone el recinto, que respeten a los toreros y a los aficionados que abandonan la plaza y quieren hacerlo en paz y hablando de toros.

Y no me sirve eso que dicen algunos: con la discoteca muchos jóvenes se van a hacer aficionados. Aficionados había en la Grada Joven hasta hace bien poco, en la grada del 6, y como tal exigían y protestaban lo que no les parecía correcto. ¿Saben qué paso? Que la empresa, nuevamente con la anuencia del Centro de Asuntos Taurinos, los disolvió y los desperdigó porque eran un foco de protesta. Por otra parte, cualquiera que sea aficionado profesará un respeto tal por la fiesta y su ritual que difícilmente concebirá Las Ventas como un lugar donde bailar, emborracharse o flirtear con otras personas. A la plaza se viene a otra cosa.

Empezaron con una discreta sala de fiestas en el bajo del 10 y han evolucionado montando un festival en las terrazas del 5 y del 7 al que se puede acceder desde fuera mientras se están lidiando los toros, ¿qué será lo próximo? Mientras tanto, el estado de limpieza y mantenimiento del coso, proclamado monumento histórico-artístico, está al mismo nivel que un barrio marginal del tercer mundo. 

Este es el respeto que los taurinos tienen por la fiesta de toros.



Así es como dicen que se hacen ahora los aficionados a toros



Ha ocurrido más de una vez que un torero esté siendo intervenido en la enfermería a vida o muerte, que los aficionados salgan de la corrida sobrecogidos por esto, y la discoteca mientras esté funcionado a todo volumen. La gente se indigna mucho con esto, lo cierto es que todos los días se mancilla el rito de la corrida a partir de las 21:00 h, haya o no haya cornada

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